jueves, 25 de octubre de 2012

Vota a quién quieras, pero vota

Hace poco tan solo unos días de las elecciones autonómicas en Galicia y mucha gente se pregunta que ha pasado. ¿Cómo es posible que el PP, sufriendo una crisis brutal y con el desencanto de muchos de sus votantes haya conseguido aumentar su mayoría absoluta en el parlamento gallego? Parece no tener sentido. Lo lógico y lo que muchas encuestas decían es que perdería votos. Y, curiosamente, los perdió. Para ser mas exactos perdió 136.000 votantes con respecto a las elecciones de 2009. Pero entonces, ¿cómo es posible que habiendo perdido votos tenga mas representación que antes? Por culpa de la abstención. La abstención provoca que un partido pueda obtener mas escaños con menos votos y eso es exactamente lo que ha pasado. La abstención (más votos nulos y blancos) ha subido casi 4 puntos con respecto a 2009. Eso provoca que aunque el PP pierda votos, siga teniendo proporcionalmente mas escaños que los demás. Si se tuviera en cuenta la abstención el parlamento gallego hubiera quedado mas o menos así:


Este parlamento sería el verdadero reflejo del pueblo gallego. Resulta curioso ver como realmente la mayoria de gallegos a decido no votar, votar nulo o en blanco. Esa es la opción mayoritaria de los gallegos y no el PP, ni el PSOE, ni ningun otro partido. La elecciones gallegas las ganó la abstención. Pero claro, la abstención no es una opción política recogida en la ley electoral y por lo tanto no cuenta ni afecta en nada. Lo único que logra es reducir el numero de votos necesarios por escaño a cifras que comienzan a ser ridículas. De esta manera, un partido que no llega ni al 30% del censo electoral va a gobernar durante cuatro años con mayoría absoluta. Y yo me pregunto, ¿es esto justo? ¿Es esto democracia? Obviamente no.

La abstención 

En principio la abstención puede darse por dos causas: enfermedad el día de la votación o como elección libre del ciudadano. El caso de enfermedad puede ocurrir pero estadísticamente es muy bajo y apenas tendría ningún efecto en el resultado final. La gente que tiene enfermedades crónicas o mas graves (ancianos, enfermos crónicos, accidentados, etc) y sabe que no puede ir a votar ese día, siempre tienen la opción de votar por correo, por lo tanto si se abstienen, lo hacen en plena consciencia y no porque no hallan podido votar. De esta manera estamos hablando de que la mayoría de la abstención (prácticamente el 100%) es de plena conciencia y como opción elegida libremente por el ciudadano. 

¿Y que significa abstenerse? En la teoría abstenerse significa que no estás de acuerdo con el sistema actual. Pero eso sólo es en la teoría. En la práctica, como hemos dicho arriba, la abstención no tiene valor político y por lo tanto no se la hace caso por muy grande que sea. Es decir que aunque hubiera un 80% de abstención, es decir que el 80% de la población estarían en contra del sistema actual,  el sistema no cambiaría porque en la ley electoral actual no existe ningún mecanismo que ponga limites a la abstención ni la valore. Entonces, ¿para que demonios sirve la abstención en el sistema actual? Para nada. No tiene valor. No sirve como protesta ni como herramienta para cambiar nada. Lo único que logra es facilitar las elecciones a los partidos ya que con una abstención alta, los partidos necesitan menos votos para conseguir un escaño y ocurren aberraciones como la que hemos visto en Galicia, que un partido que ha perdido 120.000 votos y que apenas llega al 30% del censo electoral, va a Gobernar durante 4 años ¡con mayoría absoluta! 

A mi siempre me ha parecido increíble como los supuestos países democráticos aceptamos sin alarma que la abstención esté entre el 60 y el 70 por ciento. Estamos hablando de que ¡más de un tercio de la población no esta de acuerdo con el sistema democrático actual! ¡En el caso de Galicia se aproxima al 55%! ¿Eso no es grave? ¿No es como mínimo en dato a tener en cuenta y valorarlo? Cualquiera que se considere demócrata de verdad entenderá que bajar de un 80% por cierto de participación es algo ya grave para un sistema democrático. La democracia funciona si la mayoría cree en ella. Si no, no es democracia. Y cuanto mas suba la abstención, menos democracia será.  

Vota a quién quieras, pero vota

Se que hay mucha gente indignada y desencantada con la política en general. Que ya no creen en nada ni en nadie. Es lógico. Nos están dando palos todos y por todos lados. Pero no seamos tontos. No caigamos en la trampa de lo apolítico. Precisamente ahora lo que necesitamos es más política. Política de verdad, la que debate y argumenta. La que resuelve y acuerda. Y no la política de bufanda que nos venden en la televisión que solo se fija en la superficie sin ahondar en el problema. Es hora de volver a ser político. Es algo que nos habían robado y hay que recuperarlo. Porque el ser humano es sobretodo un animal político. Porque hagas lo que hagas la política te va a afectar. Y, aunque tu pases de la política, ella no va a pasar de ti y te va a golpear fuerte si no haces nada. Por eso no podemos permitir que cosas como la abstención sigan subiendo. Tenemos que convencer a la gente de que la abstención no es una opción  Solo nos hace mas daño a todos y hace de la democracia un chiste. Hay que convencer a la gente de que vote. Que vote al partido que sea (opciones hay y muchas, no todos son iguales) y que convenza a sus amigos de que también voten. Si no votamos, la democracia se muere y no vendrá más democracia, si no todo lo contrario. Ya se intento una campaña parecida con el #nolesvotes hace un año pero era confusa, ya que no nació con esa intención y mucha gente pensaba que era una campaña a favor de la  abstención. Ahora tenemos que hacer una campaña directa y clara. La abstención, el voto nulo y el voto en blanco no son opciones. No sirven de nada y solo nos hacen mas daño a todos. 

Se democrático. 
Defiende la democracia votando. 
Vota a quien quieras, pero, por favor, vota.           

viernes, 12 de octubre de 2012

Día de la Fiesta Nacional

Estimada Delegada del Gobierno,

La escribo porque acabo de pasar por la plaza de Neptuno, muy cerca del Parlamento, y he visto que hay una manifestación de miles de personas. No he visto ninguna pancarta, así que no se muy bien que es lo que piden, pero van todos muy uniformados y caminan de una forma un tanto extraña. Parece como si fueran robots en vez de personas. No se, es muy extraño.

Pero lo que mas me ha preocupado, señora Delegada, es que estas personas van armadas. Y no hablo de piedras o palos. Esta gente lleva cuchillos, espadas, fusiles de asalto y metralletas. ¡Tienen hasta tanques! Yo cuando lo he visto me he asustado mucho. La imagen de ver el congreso rodeado por gente armada me ha recordado el 23F.

Aún así me he armado de valor y me he acercado a un grupo de gente que estaba por allí para preguntar si esa manifestación era legal, pero, de malas maneras, me han echado de allí y me han llamado loca. Incluso un tipo que llevaba una bandera pre-constitucional, ha venido y me ha pegado un empujón. No ha sido nada, pero no me ha parecido gente muy pacífica, la verdad.

Entonces he escuchado un ruido muy fuerte que venía del cielo y he visto pasar unos cazas a toda pastilla por encima de mi cabeza. ¡Dios mío, esta gente tiene hasta aviones de combate! En ese momento si que me he asustado de verdad y he decido volverme a mi casa a escribirle esta carta.

Por eso, señora Delegada del Gobierno, viendo como ha actuado usted en otros casos, espero que cumpla con su trabajo y envíe a los antidisturbios a desalojar esta manifestación que, no se si es legal o no, pero es más que evidente que van fuertemente armados y que su actitud no parece muy pacífica.

Con afecto,

Una ciudadana cualquiera.


PD: No estoy segura, pero creo que tienen prisioneros al Rey y al Presidente del Gobierno. Me ha parecido verles a lo lejos.

martes, 2 de octubre de 2012

Carne de cañon

Hoy hace exactamente una semana de las tremendas cargas policiales del 25S en Madrid. Es un tema complicado de tratar ya que siempre hay polémica sobre donde debe estar la línea del uso de la violencia legal. Lo que creo que estamos de acuerdo todos es que a nadie nos gusta ver violencia de ningún tipo y menos aún sobre gente que esta simplemente defendiendo sus derechos pacíficamente. Pero no quiero entrar en la batalla entre policía y pueblo. Se lleva toda la semana hablando de eso. Lo que quiero analizar es el resultado de esa batalla. Y sobretodo me quiero dirigir a la policía.

He hablado con algunos agentes del cuerpo y todos te dicen siempre lo mismo: Que están haciendo su trabajo, que solo reciben ordenes de la Delegación de Gobierno, que si no cumplen se les castiga, que si en la TV solo se saca lo malo que hacen, etc, ... Ok puedo entenderlo. Es un cuerpo que hace el trabajo sucio del Estado y que la mayoría de las veces no se ve. Se juegan la vida muchas veces por nuestra seguridad y eso es de admirar y si a mi, algún día, un policía me salva de una situación peligrosa le estaré eternamente agradecido. Pero no hay que olvidar que es su trabajo. Igual que el trabajo de un médico es salvar vidas y tampoco sale en la TV. Son puestos de mucha responsabilidad y por lo tanto se les exige mucho.

Entiendo que la obligación de un policía es cumplir ordenes y así debe ser, creo yo. Entiendo que si la Delegación de Gobierno da ordenes de desalojar la plaza la policía esta obligada a desalojarla. Ahora bien hay formas y formas de hacerlo. El uso de la violencia debería ser el ultimo recurso de la policía y no el primero. Se supone que la policía es un cuerpo preparado para este tipo de actos y debe saber actuar con precisión y mesura. Si hay algún violento en la manifestación debe tener los mecanismos suficientes para identificarle y detenerle sin tener que entrar a cargar indiscriminadamente. La obligación de la policía en ese caso es proteger una manifestación pacífica de posibles violentos y para eso debe ser preparada. Entiendo que para eso hay infiltrados y policías de paisano en la manifestaciones. Por que si esa no es su función, ¿cual es entonces?

Pero vayamos al grano. La policía siempre se queja de que ellos se llevan un montón de golpes, botellazos, heridas, contusiones, que la gente les insulta y les llama de todo. Se quejan de que la imagen que tiene la gente del cuerpo de policía os horrible. Les odian a muerte. Muchos se sienten incomprendidos o que se les trata injustamente. Pero ¿os habéis parado a pensar por que ese odio visceral de la gente hacia vosotros los policías  Pues por cosas como estas:


Todos estos abusos de poder lo único que hacen es denigrar la imagen de la policía. Y la policía podría evitarlo. ¿Cómo? Denunciando a esos policías y echándoles a la calle. El abuso de poder en un cuerpo de policía democrático debería estar totalmente prohibido y penalizado con despido e inhabilitación de por vida. Sin embargo, no solo no expedientáis apenas, si no que hacéis indultos. Es decir, fomentáis esa actitud de abuso de poder dando la sensación de ser impunes. Así es imposible que la gente tengo buena imagen de vosotros. Esas actitudes generan desprecio y odio hacia vosotros. Cuando demostréis que sois un cuerpo realmente democrático entonces la gente os respetará y os admirará. Mientras no cambiéis eso vuestra imagen será la de un cuerpo que genera terror y odio a partes iguales.

Pero voy mas allá. Muchos policías consideran a la gente como el enemigo. Que el problema es siempre del violento manifestante que odia a la policía y quiere matarle. Y eso es un error por ambas partes. El enemigo no es el manifestante ni el policía. El enemigo es el que manda sobre lo dos. Los de arriba usan a la policía como carne de cañón contra el pueblo. Vosotros, los policías, estáis siendo usados para que toda nuestra rabia y odio se dirija hacia vosotros y no hacia ellos. Quieren que nos violentemos. Os usan para provocarnos y conseguir que al final vayamos con palos y piedras a por vosotros. Pero si eso pasa, los que os llevareis esos palos y esas piedras sois vosotros y no ellos. ¿No os dais cuenta de que os están usando? El pueblo y la policía (que en el fondo también es pueblo) se enfrentarán entre ellos con un odio visceral mientras los de arriba fuman puros tranquilamente en el Congreso. Y entiendo que la policía reciba ordenes y deba cumplirlas, pero los sindicatos del cuerpo deberían de presionar a los de arriba para que dejen de darles ordenes violentas y represivas que lo único que hacen es generar más odio y violencia hacia el cuerpo de policía y sus miembros.

El ejemplo mas claro es lo sucedido en Sol en año pasado. La acampada que se creo en la plaza duro 15 días. No se dio la orden de desalojar en ningún momento y no pasó absolutamente nada. No hubo heridos de ningún tipo, ni de la policía ni de los ciudadanos. Todo fue tranquilo y pacifico y la acampada se disolvió por la propia gente sin problema alguno. Solo hubo quejas por parte de la Asociación de Comerciantes, que curiosamente ahora que habéis cerrado el centro a cal y canto durante 3 meses no dicen nada de nada. En esa situación no se dió la orden de desalojar y todo el mundo salió ganando. La gente pudo expresar su enfado de manera pacífica ante la situación y la policía no tubo que actuar. Sin embargo en plaza Catalunya se dio orden de desalojar y se vivieron las imágenes que todos conocemos, que ni ayudan a limpiar la imagen de la policía (en esta caso los Mossos) ni ayudan a solventar el problema que querían erradicar, ya que al día siguiente la gente volvió a las plazas para defender sus derechos con mas fuerza. Eso es echar mas gasolina al fuego.       

En resumen, si la policía quiere cambiar su imagen y conseguir que la gente no les odie, esta en su mano. Solo tiene que denunciar los abusos de poder de sus agentes de manera contundente y presionar a los gobiernos para que no les usen de carne de cañón contra el pueblo. Los ciudadanos mientras tanto no debemos caer en la trampa de odiar al policía y centrar la guerra en ellos. La guerra no es contra ellos, sino contra los que mandan. No perdamos el objetivo ni las formas, que es precisamente lo que buscan los de arriba. En cuanto usemos la violencia se acabo porque en esa guerra siempre, y repito, siempre van a ganar ellos.

lunes, 1 de octubre de 2012

La generación del cambio

Formo parte de una generación estafada (que no perdida como quieren tacharnos muchos). Una generación que nació a finales de los 70, primeros de los 80 en un país con una recién parida democracia, que según nos decían, garantizaba la libertad y el estado de derecho.

Desde que eramos pequeñitos, nos inculcaban esos valores democráticos explicándonos que el poder residía en el pueblo, que todo ciudadano tenía unos derechos y unos deberes establecidos en un texto que se llamaba Constitución, que el parlamento se encargaba de crear las leyes y estas se decidían por medio de votaciones en el parlamento donde la mayoría ganaba a la minoría, y esa minoría tenía que respetar el resultado. Estas técnicas democráticas se aplicaban en las aulas, por ejemplo, en la elección de delegado de clase. Y poco a poco los chavales íbamos entendiendo aquello de la democracia, y la aplicábamos a casi todo. Nos íbamos convirtiendo en ciudadanos con fuertes valores democráticos. Los hijos de la democracia.  

Mas adelante nos empezaron a explicar en que consistía el estado del bienestar, los impuestos, la seguridad social, el paro, las pensiones, etc... un lío vamos. Pero poco a poco lo fuimos entendiendo y comprendimos que era un sistema donde los impuestos se usaban para que el Estado pudieran repartir la riqueza de una manera equitativa y así nadie sufriera marginación social de ningún tipo. Para que fuera mas justo los impuestos eran progresivos donde, el que mas tenía, mas impuestos pagaba. Parecía un sistema justo y equitativo. Al menos a mi me lo parecía.

Luego llegó el momento en que tenías que elegir que querías estudiar o que querías ser de mayor. Desde pequeño y desde todos los frentes te decían que tenías que estudiar si querías llegar a algo en la vida. Que si querías encontrar trabajo tenías que estudiar y adquirir conocimientos, de esa manera las empresas seguro que te contrataban y poco a poco irías entrando en el mercado laboral, donde si trabajas bien, serás recompensado con un contrato indefinido que estabilizará tu economía y, de esta manera, podrás hipotecarte, comprar una casa, un coche y crear tu propia familia. Y, tachán, ya formarás parte de la feliz clase media y del increíble estado del bienestar español. Todo eso gracias a los estudios. Si estudias, tu futuro esta prácticamente asegurado por el estado. Viviremos mejor que nuestros padres como debe de ser por naturaleza ( o eso dicen).

Ante ese futuro, ¿que hizo nuestra generación? Pues estudiar. Unos con más acierto otros con menos. Unos estudiaban lo que le gustaba otros lo que tenía mas salidas laborales. Algunos estudiaban lo que les decía sus padres y otros directamente pasaban de los estudios y se iban a la construcción. ¿A la construcción? Si, a la construcción, porque en ese momento el Gobierno decidió apostar por la economía del ladrillo liberando el suelo y creando millones y millones de proyectos urbanísticos que a su vez generaban un montón de puestos de trabajos. "España iba bien".  

Mientras nosotros estudiábamos para prepararnos a entrar en el mercado laboral, muchos de nuestros amigos ganaban mucho dinero con la construcción a cambio de dejar sus estudios.

Y llego el momento de terminar los estudios. Unos mas rápidos, otros mas lentos, pero nos vimos con la obligación de tener que buscar un trabajo. La mayoría lo encontró. Muchos a traves de las ETT y pocos a través de sus propios estudios, pero la mayoría no de lo que estudió y cobrando bastante menos de lo que se podía esperar. Salimos de los estudios muy preparados (siempre se hablaba de nosotros como la generación mas preparada de la historia) pero nos encontramos con un tejido industrial que no estaba, ni por asomo, preparado para recibirnos. Aquí empezamos a darnos cuenta de que algo iba mal. Esto no era lo que nos habían prometido. 


En ese momento justo es cuando las casas comienzan a subir a precios desorbitados gracias a la burbuja creada por el Gobierno y vemos como la gente especula con los pisos como si fueran cromos ganando autenticas barbaridades de dinero y subiendo los pisos a precios imposibles para nosotros. ¿Cómo era posible que un tío que no tenia ni la EGB  ganara 10.000 € especulando en vivienda en un sólo día? ¡Era lo que nosotros ganábamos currando en 6 meses y dando las gracias! ¿Eso era valorar el esfuerzo y el trabajo? Obviamente, no. Nos empezábamos a sentir como gilipollas. Mientras tanto, el Gobierno, que por ley, debe de proteger el derecho al acceso a una vivienda digna, no hizo absolutamente nada, mas bien todo lo contrario.

Y, claro, nos encontramos con un problema: no podemos independizarnos. Económicamente es imposible. Así que los bancos empiezan a dar prestamos locos, algunos de más de 50 años. A muchos, eso nos parecía una locura y ni se nos ocurrió meternos en eso, pero otros muchos cayeron en la trampa y se hipotecaron de por vida con la excusa de que los pisos nunca bajaran de precio. El Gobierno sigue sin hacer nada, los precios siguen subiendo y una casa se convierte en un articulo de lujo totalmente inaccesible para nosotros. Un derecho básico de la constitución pisoteada por el libre mercado. Comenzamos a sentir que la Constitución se respeta mas bien poco y que lo económico prima sobre lo realmente necesario. Mientras tanto, medio país se endeuda de por vida gracias a las "geniales" hipotecas de los bancos creando una deuda privada espectacular. Y lo peor es que el Gobierno apoya esa deuda afirmando que es algo bueno. Esto empieza a ser esperpéntico.

Mientras, en muchas empresas, veías que por trabajar mejor no ascendías ni te daban mas derechos laborales, sino que los puestos se elegían a dedo o al más lameculos de la oficina. Y la guerra de lameculos era cruel e inhumana. La gente se volvía ruin y perdía la dignidad por un misero ascenso. El esfuerzo y la calidad no se valoraban. Solo se valoraba el peloteo y la sumisión. Todo lo que nos habían contado sobre el esfuerzo en el trabajo y la calidad era simplemente mentira. Si querías ascender tenías que hacer una guerra de desprestigio con tus compañeros. En vez de compañeros de trabajo parecían enemigos a los que vapulear  Y para mas "inri", el Gobierno nos iba quitando, poco a poco, derechos laborales que para nada se parecían ya a los que tuvieron nuestros padres. Algo iba muy mal. Pero en vez de quejarnos, nos frustrábamos y aceptábamos la realidad como algo inevitable. Nos quedábamos haciendo horas extras gratis por el simple peloteo o porque todo el mundo lo hacía. Y lo peor, es que lo hacíamos con la esperanza de que la cosa, en algún momento, cambiaría mágicamente. Y la cosa cambió, si... pero a peor.

Estalla la crisis de 2008. Y con ella la burbuja inmobiliaria española. Y con ella todos los valores democráticos. Los pisos bajan espectacularmente de precio, los bancos no tienen dinero y se declaran en bancarrota, el paro sube a cotas históricas por culpa del desempleo de la construcción, la deuda publica y privada se dispara, y no solo en España, si no en todo el mundo occidental. Parece que el capitalismo estuviera en crisis. ¿Y que pasa con nosotros? Todos nos vemos afectados. Los pisos bajan si, pero aun están muy por encima de su precio razonable. Nuestros salarios cada vez son mas bajos, y eso si tenemos la suerte de no haber sido despedidos. Los Gobiernos en vez de ayudar a la gente deciden ayudar a los bancos y les dan una cantidad vertiginosa de dinero público para que saneen sus cuentas esperando que el crédito fluya. Pero no fluye. La crisis se agudiza y comienzan las políticas de recortes donde se ven afectadas las partidas de sanidad, educación y pensiones, pilares básicos del sistema del bienestar. Se suben los impuestos a la clase media y baja. Se sube el IVA. Se hace una reforma laboral que facilita el despido y se carga los convenios colectivos. Todo esto pedido por Alemania y ejecutado a base de decretazo ley por parte del Gobierno de turno y sin consultar al pueblo, ya que ninguno de estos recortes iban en sus programas. Mientras tanto nuestra generación está la mayoría en el paro, si esta trabajando, lo esta en algo que no le gusta, mal pagado y sin derechos laborales con un miedo al despido terrible, sin acceso a una vivienda digna, con un futuro en el que se discute la viabilidad del sistema del bienestar y una democracia que deja de ser tal en el momento en que el gobierno traiciona su programa de cabo a rabo cada viernes. Todo lo que nos habían contado y prometido sobre nuestro futuro, la clase media, la democracia y el estado del bienestar, era simplemente, mentira. Es un sueño para una minoría privilegiada. Una estafa donde hemos visto como una casta se ha ido privilegiando del sistema a su favor a costa de nuestro dinero y nuestro futuro.

Pero esta generación no se calló y salio a la calle el 15M de manera pacífica y democrática dando una lección de civismo que nadie creía que fuera posible. Desde entonces el pueblo a demostrado un civismo y unos valores democráticos fuera de duda manifestándose masivamente durante casi 2 años de manera pacífica y planteando un futuro realmente democrático. Y aun así el Gobierno, ese Gobierno que en teoría nos representa a todos, nos ignora y nos reprime a base de palos, rompiendo de nuevo los valores democráticos y saltándose a la torera los derechos Constitucionales que tanto nos inculcaron nuestros padres y maestros. Somos una generación estafada. Nos vendieron un sistema y unos valores que luego ellos no respetan ni cumplen. Pero no estamos perdidos. No somos una generación perdida. En nuestras manos esta luchar por estos valores democráticos. Siempre con civismo y demostrando que SI se puede. Nuestro futuro depende de ello. Queremos una democracia moderna y participativa, donde los gobernantes no sean traidores de la Constitución ni tengan privilegios respecto al pueblo. Queremos una nueva Constitución que votemos entre todos y todas, sin miedo al cambio. Sin miedo a la evolución. Porque mi generación no ha votado la Constitución actual. De hecho solo un tercio de la población actual lo ha hecho. Ya no es una Constitución democrática. No representa al pueblo actual. Esta caduca y necesita reformarse. Es algo sano. Es salud democrática y no hay porque tener miedo. Y es nuestra generación la que debe hacer ese cambio. Somos hijos de la democracia y nos la han secuestrado. Vayamos a por ella. Porque no somos la generación perdida. Somos la generación del cambio.